Yashiro y Dômeki se reencuentran después de 4 años sin verse. A pesar de que Yashiro estaba convencido de que su antiguo guardaespaldas había dejado la yakuza, descubre que Dômeki sigue en la mafia y trabaja bajo el mando de Tsunakawa, kumichô del Sakura-ikka. Ambos deberán colaborar para encontrar a un individuo llamado Kido, con el que los dos tienen cuentas pendientes.
Aunque Yashiro sigue acostándose con cualquier hombre para satisfacer su libido, su antiguo subordinado ya no parece dispuesto a tolerarlo. Después de enterarse que Yashiro ha vuelto a frecuentar las sábanas de cierto inspector corrupto, Dômeki se lo lleva a la cama prácticamente a la fuerza. Yashiro comprueba en sus propias carnes lo mucho que ha cambiado Dômeki, un hombre antaño cariñoso y devoto que ahora no tiene reparos en tratarlo con violencia. ¿Pero no es eso lo que Yashiro busca en sus amantes? ¿O es que él también ha cambiado?