Todos el mundo ha aceptado que Michitaka ha muerto, pero Kei tiene claro que su hermano pequeño sigue vivo y escondido en alguna parte. Para dar con su paradero, necesita investigar todo su pasado, por lo que empieza a indagar en las personas que lo conocieron cuando era joven. No obstante, pronto descubre que el muchacho era alguien desconocido para muchos -e incluso para él mismo-, y se cuestiona qué tipo de vida y relaciones tenía