Un agradable crucero de lujo se ha convertido en un infierno en el que los pasajeros son masacrados uno tras otro. Kakeru, que se ha visto obligado a transformarse en vampiro, va perdiendo su humanidad poco a poco. Por otro lado, Akari ha recobrado la conciencia y, espantada por el espectáculo dantesco en el que se ha convertido el barco, decide buscar un lugar seguro.